26 de enero de 2012

Tela ecológica a base de leche


Una diseñadora alemana podría marcar una época en la industria textil. Creó un tejido similar a la seda, pero de origen 100% lácteo. Se puede lavar y secar como el algodón, pero es más ecológico e hipoalergénico.
Para la diseñadora Anke Domaske, la leche no sólo se toma, se usa como ropa. La alemana de 28 años creó un nuevo producto textil conformado únicamente con leche, que no daña el medio ambiente y ayuda a la gente con alergias en la piel. El textil, llamado Qmilch, ya ha ganado premios y puede servir para hacer drapeados y dobleces con una textura similar a la seda, pero se puede lavar y secar como el algodón.
Domaske es, además, bioquímica y hasta ahora sólo ha usado la tela para crear vestidos para su marca de moda MCC, pero el próximo año planea comenzar a producirla de forma masiva y varias compañías han expresado su interés en usar el material textil.
En la actualidad, la ropa depende de productos derivados del petróleo y de muchos recursos naturales como el agua, que se emplea por miles de litros para producir tan sólo un pedazo de algodón.
Tatjana Berthold, una costurera del estudio de Domaske, ha trabajado con la tela para vestidos en el último año. "Al principio no creía que estuviera hecha de leche, pero cuando trabajas con ella te das cuenta de que se siente distinta a las telas normales", afirmó.
El proceso
Domaske comenzó a buscar una tela natural que no irritara la piel cuando se dio cuenta de que su padrastro sufría de irritaciones graves durante su tratamiento contra el cáncer.
La diseñadora realizó una investigación sobre la proteína de la leche, la caseína. Aunque existen textiles creados con la fibra de la leche desde la década de 1930, dijo que la mayoría de ellos depende de muchos acrílicos.
Tras dos años de ensayo y error trabajando en un laboratorio de investigación, Domaske y su equipo lograron un proceso que reduce la leche a polvo proteínico, que es hervido y comprimido para formar hilos.
Por si fuera poco, aprovecha la leche orgánica que no puede ser consumida porque no cumple con los estrictos estándares alemanes.
Domaske aceptó que el costo de su tela es 40% más caro que el algodón orgánico, pero espera que la producción local mantenga los costos bajos y reduzca el precio total. También dijo que sólo se necesitan dos litros de agua para producir un kilo de tela, la misma cantidad de algodón requiere más de 10 mil litros de agua.

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